Los pies… esos olvidados compañeros

Los pies
 
Se ha llamado al pie humano «espejo de la salud». Si contáramos las muchas actividades que podemos hacer gracias a ellos, nos daríamos cuenta de la importancia de dedicar unos minutos a su cuidado.

Tener unos pies sanos no sólo depende del cuidado que les demos en nuestro centro de belleza o podólogo; sino que también factores como la genética o el calzado que utilizamos son determinantes para mantener un adecuado nivel de salubridad en ellos, y por extensión, en nuestro cuerpo en general.

El sorprendente universo de los pies

Aunque no lo parezca a simple vista, los pies son muy sensibles, en ellos se encuentran las terminales nerviosas que conectan con todas las partes del cuerpo, por esto, cualquier dolor o molestia que experimentemos, se verá reflejada en ellos y viceversa, cualquier malestar que nos aqueje en los pies, se verá reflejado en nuestra postura y en nuestro rostro.

Deben soportar nuestro cuerpo y desplazarlo de un lado a otro en equilibrio, para ello, gozan de una estructura compleja y resistente, compuesta por 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos, además de los ligamentos y tendones que superan la centena. Su movimiento es en forma de palanca y desde ellos se dirige el movimiento de los músculos de las piernas.

Es en ellos donde comienza la salud de las piernas y la columna vertebral. La piel que recubre sus plantas es más gruesa que la del resto del cuerpo, principalmente en las zonas que apoyan contra el suelo. Además cuenta con muchas glándulas sudoríparas, pero no tiene casi glándulas sebáceas, y carece completamente de melanocitos, por eso, todos tenemos la planta de los pies del mismo color.

Los problemas pueden prevenirse

Por razones difíciles de comprender, mucha gente, incluyendo muchas personas mayores, creen que es normal que duelan los pies, y sencillamente se resignan a soportar problemas que podrían recibir tratamiento.

Hay más de 300 enfermedades relacionadas con esta parte de nuestro cuerpo. Algunas pueden deberse a la herencia, pero en las personas mayores, la mayor parte de esas dolencias vienen de la acumulación de años de negligencia o abuso. Sin embargo, incluso entre la gente en edad de retiro, muchos problemas de los pies pueden tratarse con éxito, y el dolor puede aliviarse.

Sea por negligencia o abuso, el desgaste normal de los años causa cambios en los pies. Según envejece una persona, sus pies tienden a abrirse, y pierde las almohadillas de grasa que acolchan la planta del pie. El peso adicional puede afectar a la estructura de los huesos y ligamentos. Las personas mayores, en consecuencia, deben medirse los pies más frecuentemente para elegir el calzado, y no asumir que el número que calzan se mantiene constante. La piel seca y las uñas frágiles son otros problemas a los que suelen enfrentarse las personas mayores. Por último, es un hecho que las mujeres, jóvenes y mayores, tienen cuatro veces más problemas en los pies que los hombres, y los tacones altos son a menudo los culpables.

Así pues, los problemas más comunes con los que podemos encontrarnos son los siguientes:

  • Juanetes: Masa dura y dolorosa en la articulación del dedo gordo del pie
  • Callos y durezas: Engrosamiento de la piel por la fricción o la presión
  • Verrugas plantares: Verrugas en la planta del pie
  • Caída del arco: También conocido como pie plano
Prestar atención al cuidado preventivo de la salud de los pies tiene muchas ventajas. Entre ellas, destacamos las siguientes:

  • Aumenta la sensación de comodidad y bienestar.
  • Limita la posibilidad de problemas médicos adicionales, reduciendo la probabilidad de hospitalización por infecciones.
El correcto cuidado de los pies redunda entonces en la salud de todo nuestro cuerpo. Para cuidarlos apropiadamente debemos tomar en cuenta tres elementos fundamentales: la higiene, el calzado y los ejercicios periódicos, para mantenerlos sanos y fuertes.
 
Para mantener tus pies sanos:

  • Examínalos regularmente: La salud del pie puede ser una pauta sobre tu salud general.
  • Usa zapatos cómodos que te queden bien: Es importante escoger bien el calzado, debe estar fabricado con materiales de calidad, flexibles, con una ventilación adecuada y adaptados a cada problema específico. Evitando los tacones para el día a día.
  • El tipo de calcetines también influye en el cuidado, deben ser 100% algodón o lana para permitir que el pie transpire.
  • Lávate los pies diariamente con jabón y agua tibia: lavar los pies con cosmética adecuada (jabón antibacterial como, por ejemplo, el árbol de té), y secarlos muy bien tras el baño.
  • Realizar periódicamente cuidados estéticos específicos como la pedicura completa, en la que gracias al trabajo del micromotor vamos a eliminar impurezas y células muertas, asperezas producidas por deshidratación, trataremos las uñas con un corte adecuado, etc.
  • Completa, siempre que puedas, los cuidados de tus pies, mediante técnicas de relajación a través de masajes de reflexología podal, diseñados especialmente como ayudas terapéuticas para mejorar y estimular cualquier órgano de forma refleja.
Como ves, tus pies son un compañero de viaje al que debes prestar atención, mimar y valorar como harías con ese amigo que por discreto se convierte en tu mejor soporte.
 
«Cuando no puedo mirar tu cara miro tus pies…»
pies en la cama
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