Celulitis, ¡no, gracias!

celulitis
De célula e -itis.

 

  1. f. Acumulación subcutánea de grasa en ciertas partes del cuerpo, que produce en la piel una rugosidad similar a la de la piel de la naranja.
  2. f. Med. Inflamación del tejido conjuntivo subcutáneo.

La piel está compuesta por tres capas de grasa, desarrollándose la celulitis en la capa más superficial denominada hipodermis. En ella se produce una alteración de la circulación que origina un aumento de las células adiposas, con el consiguiente crecimiento del tejido graso, y el engrosamiento de las paredes laterales que forman una especie de hoyuelos (¡la temida «piel de naranja»!).

Se estima que un 90% de las mujeres padecen celulitis. La diferencia entre hombres y mujeres estriba en el hecho de que las mujeres son capaces de almacenar mayor cantidad de grasa porque ésta se organiza en cámaras verticales, mientras que en el caso de los hombres la grasa se distribuye en unidades pequeñas y diagonales. Además, los cambios hormonales sufridos por las mujeres durante toda su vida favorecen la causa.
 
Causas que pueden provocar la celulitis
 
De entre las causas fundamentales que pueden provocar la celulitis, creemos importante destacar las  siguientes:
 
  • El factor genético o hereditario: los antecedentes familiares de padecer obesidad y celulitis favorecen su aparición, por lo que siempre será conveniente vigilar la dieta.
  • La falta de ejercicio o sedentarismo: la práctica de ejercicio físico activa la circulación sanguínea y el metabolismo de las células grasas.
  • Una alimentación inadecuada: un dieta excesiva en calorías da lugar a un aumento de células grasas. El exceso de sodio en la dieta produce  edema o retención de líquidos, lo cual agrava aún más el cuadro. Una alimentación baja en sodio, junto con la ingesta de un litro y medio como mínimo de agua, facilita la eliminación de toxinas y reduce el edema.
  • Los trastornos circulatorios: impiden una adecuada eliminación de toxinas.
¿Cómo prevenir y atacar la celulitis?
 
Para mejorar o combatir la celulitis, se hace necesario combinar varios elementos:
 
  • Una dieta equilibrada con alto porcentaje de fibras, en la que se beba como mínimo un litro y medio de agua al día.
  • Desechar ciertos hábitos como son el consumo de bebidas alcohólicas o tabaco.
  • Realizar periódicamente ejercicio físico.
  • Realización de, 1 o 2 veces por semana, masajes o tratamientos drenantes, potenciados con aparatología especializada en celulitis.
  • ¿Cuáles son algunas de las técnicas más comunes y efectivas que se utilizan actualmente?
  • El drenaje linfático: mejora el retorno linfático y reduce el edema.
  • La reflexología podal: activa el metabolismo, provocando una reacción del propio cuerpo.
  • La presoterapia: es otra forma de drenaje linfático, pero a través del uso de botas neumáticas que reducen el edema en las piernas.
  • La cavitación: ultrasonido de baja densidad que rompe los nódulos adiposos.
  • Técnicas láser: mejoran el drenaje y la circulación, disminuyendo el dolor que a veces produce la celulitis.
  • La mesoterapia: gracias a la inyección de ciertas sustancias (mezcla de productos alopáticos y homeopáticos, minerales, vitaminas y aminoácidos), se consigue disolver la grasa corporal.
Asimismo, cabe destacar que, como complemento a todas estas técnicas, que en el mercado se pueden encontrar una gran infinidad de productos (cremas, pastillas, etc.) que favorecen las eliminación de la grasa, así como otros naturales (infusiones, hierbas diuréticas o desintoxicantes hepáticos, etc.) y los farmaceúticos,  que ayudarán a potenciar los efectos de la dieta, pero que como siempre, su uso deberá estar controlado por el médico.
 
Al igual que sucede en cualquier otra enfermedad, cumplir todas estas sugerencias no implica la no aparición de la celulitis, pero está claro que, la prevención es fundamental para evitar y/o mejorar su aspecto en caso de sufrir su presencia.
 
«Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa»
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