¿Dormir o descansar?

¡Hoy NO me siento guay… NO he dormido bien!

Esta puede ser una frase que hayas pronunciado en más de una ocasión, una sensación que experimentes muchos días. Ahora bien, realmente ¿es eso lo que quieres expresar, o más bien querrías decir: «Hoy NO me siento guay … NO he descansado bien»?

En la mayoría de ocasiones tendemos a hacer sinónimos estos dos términos que a simple vista parecen querer decir lo mismo, pero si nos paramos un segundo a reflexionar, concluimos rápidamente lo siguiente:

«Podemos dormir y no necesariamente descansar, y viceversa, podemos descansar sin necesidad de dormir».

Veamos la luz que sobre estos términos nos arroja el Diccionario (hemos destacado las acepciones que consideramos mejor reflejan las diferencias entre ambas palabras):

dormir
Del lat. dormīre.

1. intr. Hallarse en el estado de reposo que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario.

descansar
De des- y cansar.
  • 1. intr. Cesar en el trabajo, reparar las fuerzas con la quietud.
  • 2. intr. Tener algún alivio en las preocupaciones.
  • 3. intr. Desahogarse, tener alivio o consuelo comunicando a un amigo o a una persona de confianza los males o penalidades.
  • 5. intr. Dicho de una persona: Estar tranquila y sin cuidado por tener la confianza puesta en algo o alguien.
  • 9. tr. Hacer que alguien o una parte de su cuerpo pierdan el cansancio.
Así pues, atendiendo a estas definiciones, podríamos decir que todo lo que no está dentro de las categorías de trabajo, actividad física y dormir, podrían estar dentro del concepto de descanso.
 
Por lo que descansar no necesariamente implica estar dormido, por el contrario, la persona puede descansar sin estarlo, por ejemplo: mientras se lee un libro, se observa un paisaje, se mira tranquilamente algún programa de televisión tumbado en el sofá, etc. No obstante, cuando la persona duerme, el cuerpo está completamente relajado, en un estado mayor de soltura muscular que cuando estaba en reposo.

Sin embargo, una de las diferencias esenciales de los 2 conceptos es que, para dormir, necesariamente el cuerpo debe estar en un estado de descanso previo. Asimismo, para dormir en indispensable cerrar los ojos, mientras que para descansar ya hemos visto anteriormente que no es indispensable hacerlo.

De lo que ninguno de nosotros dudamos es de la necesidad e importancia tanto de dormir las horas necesarias todos los días, como de tener períodos de auténtico descanso (descanso sensorial, descanso mental y descanso emocional) que nos permitan afrontar los nuevos retos con una mejor actitud.

Así pues, incorporar una serie de buenos hábitos a la rutina diaria, te ayudará a dormir más y mejor, a descansar realmente, permitiendo que tanto el cuerpo como la mente se recarguen antes de afrontar un nuevo día.

Decálogo del buen durmiente:
  1. Fija un horario para acostarte y levantarte. Crea hábitos a tu cuerpo. Este será uno de los mejores métodos para acostumbrarte a descansar sin distracciones.
  2. Evita las siestas muy extensas.
  3. No tomes estimulantes (café, alcohol, tabaco, etc.).
  4. Evita las comidas pesadas.
  5. Viste prendas cómodas (ropa que no apriete y de tejidos ligeros y confortables).
  6. Duerme el nº de horas necesarias (las que tu cuerpo necesite para descansar).
  7. Incorpora en tu rutina actividades  que favorecen el descanso, como por ejemplo: sesiones de Spa, masajes, (consulta en estos enlaces los beneficios), aromaterapia, música relajante, etc.
  8. Acondiciona tu habitación: temperatura adecuada, oscuridad, silencio, colchón y almohada adecuados, etc.
  9. Vida en pareja: Es el momento de negociar… Si tienes pareja, pídele que no sea demasiado ruidosa ni se mueva demasiado en el momento de conciliar el sueño. Y si no se puede alcanzar un acuerdo, quizá la alternativa de camas independientes sea la mejor y más equilibrada solución.
  10. Ante el insomnio busca una distracción: Si no puedes dormir, en lugar de dar vueltas en la cama, lo mejor es que te levantes y busques una distracción que te ayude a coger el sueño: leer, beber agua, pasear por el salón, etc.
Si a pesar de estos consejos, no consigues dormir bien, descansar, es posible que puedas sufrir algún trastorno del sueño, tipo apnea. Si este trastorno se cronifica, es aconsejable acudir a un especialista en alteraciones del sueño … es una cuestión de salud.

No olvides que «tu descanso condiciona tu vida».
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